El Sabado sali unas horas de mi vida en Santiago y me fui cerca, pero llegue muy lejos, fue un viaje mas largo que los cuarenta y cinco minutos que tarde en llegar, viaje a un lugar que no camino en el tiempo junto a mi, si no que se quedo esperandome volver, un lugar que me recordo los paseos de niño junto a mis padres, esos paseos que eran tan largos como intensos, esos paseos infantiles en que los dias duraban mas de veinticuatro horas, las semanas mas que siete dias y los meses, claro, mucho mas que lo que duran hoy, los juegos con nuevos amigos desconocidos de toda la vida, esos que nunca mas volvi a ver, casas en los arboles, un bosque cergano para las aventuras y las primeras miradas ocultas a un amor infantil que siempre fue platonico, el viaje duro solo unas pocas horas, pero me seguira esperando y yo, seguire esperando volver...