El Anuncio - Alberto Ried

Cae la tarde a mi redor,
las persianas vacilantes
de mis rústicas ventanas
levemente se han cerrado,
y estoy solo.
Breve golpe me ha anunciado
que hay afuera un visitante;
me incorporo.
-Te esperaba a tí, mujer;
no has llegado, no has llegado...
abro... nadie llama, nadie...
Y entran hojas,
y entra, húmedo y sombrío,
suspirando, el viento frío
del otoño.
top