Es fácil dar con algunas adicciones en esta película, es fácil pues están las que cualquier mortal daría en una encuesta en la calle, pero hay una adicción que es común en todos los personajes, que es lo que los motiva, los ciega, los llena de ansiedad, esa dependencia sin tregua que implica la fantasía de la aceptación, el éxito, el éxtasis por un momento glorioso y deslumbrante, esos quince minutos en donde se cree, por un momento, que la ciudad, el mundo, se mueve en torno a nosotros, solo unos segundos, pues en esta película también esta lo otro, lo inevitable, lo que sin lugar a dudas llega cuando nuestra concepción de felicidad se basa en una fantasía y no en una realidad, inevitablemente llega la pérdida del control, llega el olvido de quienes te elevaron del estatus de mortal, el doloroso fracaso, que inevitablemente llegan pues lo que fácil viene, fácil se marcha, dejando solo rastros en las memorias destruidas de esos personajes. Basada en la novela del mismo nombre escrita por Hubert Selby Jr., “Requiem for a Dream”, dirigida por Darren Aronofsky, protagonizada por Ellen Burstyn (Sara Goldfarb), Jared Leto (Harry Goldfarb), Jennifer Connelly (Marion Silver) y Marlon Wayans (Tyrone C. Love), con la música a cargo del excelente Clint Mansell, que en este trabajo creó una de las banda sonoras clásicas del cine mundial.