De lo que sabemos

De lo que sabemos, la mayoría del tiempo se dedico a estudiar, era quitado de bullas, aunque habitualmente recuerdo cómo desperdicio, durante los años de juventud, gran parte de las oportunidades que se le presentaron para conocerla, era increíble ver como toda su oratoria y la convicción que solía demostrar en todas su actividades se transformaba, lo que ocurría irremediablemente cada vez que se acercaba a ella, en el deseo más fuerte de ser invisible, aunque su concentración era absoluta para evitarlo, estaba seguro que para los ojos de todos quienes pudieran observar su patético andar, él era como el cartel de neón más luminoso, digno de ser puesto en la entrada del mas exclusivo casino de las vegas, sentía pánico por lo obvio de sus intenciones, o por las que equivocadamente podían suponer quienes notaran su atrevimiento, no quería que por ningún motivo ella se mal informara por otros, el pretendía no ser para ella como todos, anhelaba ser visto diferente por sus ojos, él solo quería poder saludarla de vez en cuando y, sobre todo, que ella simplemente le devolviera el saludo, quizás con el tiempo, algún día, podría invitarla a un café, pero su ansiedad se volvía sudor a medida que los pasos se encontraban, su corazón se aceleraba y finalmente, a metros de ella, cual niño escondiéndose de alguna travesura, muchas veces termino caminando por el lado con los ojos cerrados. La universidad donde estudiaban no era muy grande, por lo que la escena del acercamiento frustrado podía repetirse varias veces a la semana, cada día del mes, eso fue lo que finalmente ocurrió, no muchos notaron lo que pasaba, prácticamente nadie, solo los más cercanos supieron alguna vez lo que sentía por ella, pero nadie le dio mucha importancia, nadie pensó nunca que eso duraría silenciosamente durante los años, los que ya habían pasado algunos cuando un día, sin ninguna intención de buscarla, fue a la tienda de las fotocopias, se había ausentado unos días por un resfriado y le pidió a su amigo que le prestara los apuntes para ponerse al corriente con las materias, una vez en la fotocopiadora pidió reproducirlo todo, y desde su espalda una voz dulce que nunca había escuchado le pidió al encargado otras copias, la tienda se volvió inmensa bajo sus pies, el corazón le comenzó a palpitar más rápido y, como para no estropear nada, se volteo lentamente, a medida que su cabeza giro sintió que una luz iluminaba sobre su espalda, noto que a su espalda también estaba la puerta de la calle abierta, pero para él esa luz le pertenecía a ella, al ver que se volteo le sonrió, era el acercamiento más directo que había podido lograr en todos estos años, sin darse cuenta le saludo y también le sonrió, cuando les entregaron las copias ella salió por esa puerta iluminada y el decidió seguirla, le pregunto su nombre y ella respondió,- Lucia, ¿y el tuyo?… - ¿El mío?, Daniel, - luego de unos segundos de silencio, en donde pensó que se acabaría todo lanzo sin que nadie le preguntara…- estoy en arquitectura en la Universidad ¿y tú? - Ah, si te había visto, yo estoy en sociología. – le había visto pensó, ella sabía que existía se repitió una y otra vez, nada pudo hacerlo más feliz en muchos años, esos minutos duraron la tarde entera, pero eso fue todo, por lo menos ese día, luego en otro encuentro Daniel se atrevió a invitarla a salir, después de eso ya no recuerdo mucho, a él casi ni lo veíamos, a ella menos, en realidad por poco y casi no la conocimos, Daniel dedico la mayoría del tiempo a estudiar y termino siendo uno de los mejores arquitectos de su generación, cada cuanto nos juntamos, en nuestro propio club de “Toby”, a tomar unas cervezas y a recordar anécdotas de estudiantes, ya poco queda de la personalidad que tenía cuando estábamos en la universidad, esta mas hablador y más feliz creo yo, hace un par de semanas me entregó una invitación muy elegante, cuando me la entrego me hizo hincapié en que no podía faltar, que no le podía fallar después de ser uno de los que estuvo con él desde un comienzo, entendí enseguida de lo que se trataba, no quise decírselo pero me emocioné, me sentí feliz también.. …espero que hoy salga todo bien, que lleguen los antiguos amigos de la universidad, ojala también que le guste mi regalo.
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